Cruz Roja advierte sobre el colapso del sistema de salud en Sudán y la creciente violencia sexual

Daniel O'Malley, presidente de la misión internacional del Comité Internacional de la Cruz Roja en Sudán, ha informado que el sistema de salud del país se encuentra en "colapso", con entre el 70 y el 80 por ciento de las instalaciones de salud fuera de operación, lo que impide que dos de cada tres civiles accedan a atención médica.
Durante una conferencia de prensa en Port Sudán, O'Malley indicó que "algunos heridos han tenido que buscar tratamiento en países vecinos", explicando que "las instalaciones de salud en áreas de conflicto han sufrido daños, poniendo en riesgo la vida de muchas personas".
La situación se está deteriorando, lo que dificulta enormemente el acceso a atención médica para mujeres, niños y ancianos. O'Malley también destacó que "el saqueo de instalaciones de salud y las amenazas a empleados y pacientes, así como la violencia física, son comunes".
Esta grave situación coincide con lo señalado por el Ministro de Salud de Sudán, Haitham Mohamed, quien afirmó que el 80 por ciento de los hospitales y centros de salud han dejado de operar, ya sea por estar ubicados en zonas de combate o por daños directos.
En este contexto, O'Malley instó al "ejército y a las fuerzas de apoyo rápido a respetar el derecho internacional humanitario". Subrayó la "necesidad de que la ayuda humanitaria llegue a quienes la necesitan durante las hostilidades y la importancia de permitir que las organizaciones humanitarias operen de manera segura para proporcionar asistencia y protección a los afectados por el conflicto".
En un informe relacionado, emitido con motivo del segundo aniversario de la guerra, se reveló que "la violencia sexual se ha perpetrado a gran escala en Sudán". El informe señala que "la violencia sexual ha sido un factor clave en el desplazamiento forzado", con algunas personas huyendo de sus hogares debido a estos ataques, mientras que otras fueron atacadas al intentar llegar a un lugar seguro.
El informe presenta un panorama sombrío, indicando "un patrón maligno que despoja a las víctimas de su humanidad". Muchos sobrevivientes enfrentan "la imposibilidad de acceder a servicios médicos vitales y apoyo psicosocial", ya que "la falta de servicios ha dificultado la evaluación del verdadero alcance del problema".
Según el informe, "más de 70 sobrevivientes, especialmente mujeres embarazadas, dudaron en buscar atención médica temprana por miedo al estigma", y a medida que avanzaba el embarazo, "a menudo se encontraron sin apoyo, y a veces lejos de sus familias". Aunque familiares presenciaron los eventos traumáticos, "tuvieron dificultades para asimilar lo que ocurrió".
El informe también destacó que el comité "recibió 7,700 solicitudes de búsqueda de desaparecidos hasta finales de diciembre pasado", lo que representa un aumento del 66 por ciento en el número total de casos en 2023. Para aliviar el sufrimiento, "se facilitaron más de 45,000 llamadas telefónicas entre miembros de familias dentro de Sudán".
La Cruz Roja Internacional en Sudán concluyó enfatizando la "necesidad de respetar el derecho internacional humanitario y de proporcionar un espacio para mantener estándares humanitarios mínimos, desvinculándolos de la agenda política". Afirmando que "la protección de los civiles y el acceso humanitario sin obstáculos son innegociables y constituyen obligaciones legales bajo el derecho internacional humanitario".
