¿Cuál es la historia de los perros azules en Chernobyl? ¿Realidad o ilusión óptica?

Un video que circula en las redes sociales muestra perros callejeros con pelaje azul cerca de la zona de Chernobyl en Ucrania, ha generado una ola de controversia y especulaciones sobre la posibilidad de mutaciones radiactivas derivadas de la catástrofe nuclear que ocurrió allí hace aproximadamente cuatro décadas.
El video, que se ha difundido rápidamente, ha llevado a muchos a vincular el fenómeno extraño con la radiación nuclear en la zona prohibida, sin embargo, la organización sin fines de lucro dedicada al cuidado de los perros callejeros en Chernobyl aclaró en un comunicado que encontró tres perros azules durante las operaciones de esterilización periódicas.
La organización añadió que el pelaje era natural solo una semana antes de que apareciera el color azul, confirmando que los perros parecen estar sanos y activos, sin signos de enfermedad.
Por su parte, expertos ambientales y biólogos han confirmado que no hay evidencia científica que relacione el color azul con la radiación nuclear o con mutaciones genéticas, señalando que la explicación más cercana a la realidad es que los perros han estado expuestos a sustancias o tintes químicos, o han absorbido compuestos contaminantes del suelo o del agua circundante.
Además, análisis genéticos preliminares realizados en algunas muestras han mostrado que no hay cambios genéticos relacionados con la radiación, lo que respalda la hipótesis de que el fenómeno es resultado de factores ambientales o industriales.
Los investigadores creen que el interés de la gente en estos incidentes se debe a la simbología de Chernobyl como un lugar que combina recuerdos de la tragedia nuclear con la curiosidad humana hacia la naturaleza que ha recuperado el lugar después de la catástrofe, afirmando que la difusión de videos de este tipo refleja el creciente interés global en cuestiones de contaminación ambiental y los impactos humanos en la vida silvestre.
Mientras Chernobyl – que sufrió la explosión del reactor número 4 el 26 de abril de 1986 – sigue cerrada para la residencia humana, la naturaleza y los animales salvajes han regresado para habitarla, en una escena que combina la devastación humana con la asombrosa capacidad de la naturaleza para recuperarse.
En resumen, parece que los perros azules no son criaturas radiactivas ni mutaciones misteriosas, sino un caso ambiental raro que se ha convertido en una historia que combina la realidad científica con la fantasía popular que aún rodea a Chernobyl hasta hoy.
