Prórroga del "Nuevo START": un rayo de esperanza en medio de crecientes tensiones internacionales

El Kremlin expresó su preocupación por la finalización del tratado sin un reemplazo, advirtiendo sobre la entrada del mundo en una fase "plagada de grandes riesgos" si no existen documentos que regulen la seguridad estratégica. Putin vio en la prórroga un medio "para evitar una nueva carrera armamentista y mantener un grado aceptable de previsibilidad" en estos tiempos turbulentos.
Sin embargo, este movimiento ruso no está exento de condiciones, ya que Putin condicionó la extensión a la aprobación de Estados Unidos para adherirse a las mismas restricciones. Esto coloca la pelota en el campo estadounidense en un momento en que las relaciones bilaterales están bajo una intensa tensión debido a la guerra en Ucrania y el apoyo occidental a Kiev.
Los expertos plantean varias interpretaciones para este giro ruso. Podría ser una respuesta al cambio en la política del presidente estadounidense Trump hacia Ucrania, quien anunció la posibilidad de una victoria de Kiev y continuó enviando armas avanzadas. También podría reflejar el deseo ruso de ganar tiempo para evaluar los nuevos desafíos técnicos, como las armas hipersónicas y la inteligencia artificial.
No se puede pasar por alto el factor económico, ya que Rusia enfrenta presiones financieras que podrían afectar su capacidad para continuar modernizando su arsenal nuclear bajo las sanciones occidentales. Además, los desarrollos del programa estadounidense de defensa de misiles, especialmente el proyecto "Cúpula de Hierro", generan preocupaciones rusas sobre la erosión de sus capacidades de disuasión nuclear.
El mayor desafío será reactivar los mecanismos de control y verificación que Rusia congeló en 2023. Sin estos mecanismos, la prórroga pierde gran parte de su valor práctico. Esto requiere reanudar el diálogo técnico lejos de las disputas políticas.
La competencia con China sigue siendo un factor influyente en esta ecuación, ya que Pekín busca convertirse en una tercera potencia nuclear, lo que añade una nueva dimensión a las estrategias de control de armamentos.
A pesar de todos estos desafíos, la prórroga del tratado sigue siendo un paso en la dirección correcta. La historia ha demostrado que las negociaciones de control de armamentos continuaron incluso en los peores momentos de la Guerra Fría. Hoy, en medio de tensiones más complejas, parece más urgente que nunca mantener estas vías abiertas.
El éxito en estos esfuerzos no solo mantendrá la estabilidad estratégica, sino que también podría abrir una ventana para la cooperación en otras áreas. En un mundo donde las crisis se entrelazan, los tratados internacionales siguen siendo un salvavidas que evita deslizarse hacia un desconocido que podría ser desastroso.
